domingo, 21 de noviembre de 2010

Inspiración Urbana (2)



Por la ventana del pasillo que daba a su casa se veía un gran patio interior empedrado, con una fuente en el centro y un pequeño trozo de césped a su alrededor, uno de los rincones mágicos de la ciudad, con historia. Lágrimas, sangre, risas y pasión de generaciones enteras se mezclaban con la piedra y el agua, y la fuente los había sobrevivido a todos ellos.

Me detuve unos segundos en aquella ventana, y por un instante pude echar un vistazo al mundo, el real, el que siempre existe. Para los fotones de luz que iluminan ese patio el tiempo no transcurre, el tiempo es una constante eterna. El pasado y el futuro son invenciones de nuestra limitada percepción, conceptos que nos ayudan a construir un mundo acorde a nuestra experiencia en él.

Durante un instante, comprendí que para la fuente yo no había nacido aun, o quizá ya estaba muerto, porque si pasas el tiempo suficiente en la tierra los hombres nacen ya cadáver.

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